La experiencia en Primero Básico

Comenzar primero básico es siempre una aventura llena de emociones. Los niños y niñas llegaron con mochilas cargadas de sueños, lápices de colores y la expectativa de lo que vendría. Poco a poco, han descubierto que la sala de clases no es solo un espacio para aprender, sino también un lugar donde se crean lazos de amistad, se comparten alegrías y se celebran logros.

Durante este año, las letras se han transformado en palabras y esas palabras en historias que ellos mismos pueden leer y contar. Los números han dejado de ser un misterio para convertirse en un desafío entretenido, donde cada suma y resta se vive como un triunfo. Cada paso en el aprendizaje es un motivo de orgullo, tanto para los estudiantes como para sus familias y profesores.

Pero primero básico no es únicamente cuadernos y tareas: también son juegos en el recreo, canciones que quedan en la memoria, risas compartidas y momentos de compañerismo que hacen que cada día sea especial. Aprenden a respetar turnos, a ayudar al compañero que lo necesita y a descubrir la importancia de trabajar en equipo.

Este primer año escolar se convirtió en un viaje inolvidable, donde cada niño y niña da pasos importantes hacia la autonomía y la confianza en sí mismos. Es el inicio de un camino que recién comienza, un camino en el que la curiosidad y el entusiasmo son la mejor brújula.

Primero básico nos recuerda que aprender puede ser tan emocionante como jugar, y que cada logro, por pequeño que parezca, tiene un valor enorme cuando se celebra en comunidad.

“En cada letra, en cada juego y en cada amistad, nace la semilla de un futuro lleno de sueños.”

Profesora Jessica Calderón – Primero básico A 2025